La manipulación de los materiales ha caracterizado los
grandes momentos de la organización humana en toda su historia. Las edades de
piedra, de bronce y de hierro deben su nombre a los materiales que el hombre
aprendió a utilizar en ese tiempo y que lograron desarrollar esa época.
Los grandes avances tecnológicos experimentados en el siglo
XX están relacionados en gran parte con el uso del silicio. El siglo XXI ha
traído consigo el desenvolvimiento de un grupo amplio de materiales que han
llamado la atención gracias a las diversas propiedades físicas, químicas y
morfológicas que presentan y a la amplia gama de aplicaciones que tienen. Estos
son los cinco más sobresalientes.
1. Nanoestructuras del carbono
Son quizá los que más fama han alcanzado en la última
década. Entre ellos están los nanotubos de carbono (NTC), los fullerenos y el
grafeno, que hacen parte de una misma familia ya que todos son diferentes
formas alotrópicas del carbono.
Los NTC, que se caracterizan por ser extremadamente duros,
resistentes y flexibles, se han usado en baterías recargables, piezas de
automóviles, artículos deportivos y filtros de agua.
Los fullerenos soportan altas presiones y tienen muy buena
capacidad para combinarse con otros elementos, por lo que han sido usados para
liberación controlada de fármacos.
El grafeno es el material más delgado del mundo y posee
mucha elasticidad, es más fuerte que el acero, mejor conductor eléctrico que el
cobre, transparente y antimicrobiano. Sus aplicaciones van desde pantallas de
celulares curvas, baterías de carga rápida, blindajes y celdas de combustibles
hasta preservativos.
Quienes sintetizaron el fullereno y el grafeno recibieron
los premios Nobel de Química (1996) y Física (2010) respectivamente.
Nanopartículas, la nueva esperanza para conservar edificios históricos
2. Materiales semiconductores bidimensionales
Una desventaja del grafeno es que no es un semiconductor, lo
que limita algunas de sus aplicaciones. En la búsqueda de semiconductores 2D
han sido obtenidos materiales muy interesantes como el fosforeno, un material
compuesto por capas de un átomo de fósforo organizadas en una estructura
hexagonal. Aunque fue sintetizado apenas en 2014, sus aplicaciones en
electrónica son muy esperanzadoras.
En esta misma familia están el siliceno y el antimoneno, materiales
formados por láminas de átomos de silicio y antimonio, respectivamente. El
primero ha sido usado para construir baterías con mayor eficiencia y vida útil.
El antimoneno ha demostrado ser altamente estable en diferentes medios y se
proyecta para aplicaciones en tecnologías optoelectrónicas como nuevos diodos
emisores de luz (LED).
El grafeno, un material que expande sus fronteras de uso
3. Materiales nanoporosos
Aplicaciones como purificación, separación y almacenamiento
de gases, adsorbentes y filtros moleculares han atraído la atención en los
últimos tiempos por el reto ambiental contemporáneo. Y allí los materiales
porosos juegan un gran papel. Entre ellos, las redes metalorgánicas (MOF del
inglés) han sobresalido. Sus características únicas de alta porosidad, elevada
área superficial interna, flexibilidad y capacidad de incorporar
funcionalidades específicas las hacen especiales y han incrementado su
investigación. Otro ejemplo de material nanoporoso llamativo es la upsalita, un
carbonato de magnesio (MgCO3) obtenido en 2011 en la universidad de Uppsala
(Suecia), que ha sorprendido por sus propiedades súper absorbentes.
Ingenieros del MIT crean vegetales para reemplazar la luz
eléctrica
4. Materiales topológicos
La topología es una rama de la matemática que estudia las
propiedades que no cambian en cuerpos geométricos bajo deformaciones. Aplicarla
al estudio de materiales permitió el descubrimiento de nuevos sistemas con
propiedades exóticas. Entre ellos están los aislantes topológicos (materiales
que son aislantes eléctricos en el interior y conductores en la superficie),
los superconductores topológicos (materiales que pueden conducir la
electricidad sin perder energía en forma de calor gracias a la acción de
fermiones de Majorana, partículas que son su propia antipartícula) y los
semimetales topológicos (presentan las mismas propiedades electrónicas del
grafeno pero en 3D).
Sus aplicaciones se centran en la fabricación de
dispositivos que, como el computador cuántico, permitirán procesar y resolver
problemas millones de veces más rápido que los dispositivos actuales. El premio
Nobel de Física en 2016 fue otorgado a investigadores de fases topológicas.
Nanomateriales: aprendiendo de la naturaleza para beneficio
del hombre
5. Nanocelulosa
Un desafío ambiental inmediato es la sustitución del
plástico, un polímero que representa un grave problema debido a su dificultad
para descomponerse. Entre los mejores candidatos está la nanocelulosa, material
que se obtiene con base en celulosa que ha sido descompuesta, purificada y
reconstruida en dimensiones nanométricas.
La celulosa es el biopolímero más abundante en la naturaleza
y constituye uno de los componentes estructurales de las plantas, aunque
también se encuentra en algas y algunos animales marinos.
Una vez procesada es posible obtener nanocelulosa, que ha
sorprendido por ser un material resistente a altas temperaturas, flexible,
fácil de modificar químicamente, transparente y buen conductor de la
electricidad. Pero su mayor ventaja es que no genera residuos contaminantes, lo
que lo convierte en un nanomaterial totalmente ecológico y con cero impacto
ambiental.
Cremas para la piel, nuevos textiles, papel y cementos
mejorados son otros ejemplos de productos en donde se está usando nanocelulosa
con resultados satisfactorios.
No cabe duda que el futuro está cada vez más al alcance de
nuestras manos y serán los nuevos materiales los que nos ayudarán a construir
una nueva era.
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